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  • Foto del escritorLos Saludables

Una vida más sana a raíz de la pandemia

La crisis sanitaria causada por la COVID-19 ha sido la oportunidad perfecta que muchos necesitaban para adquirir hábitos saludables


Maria Fornós prepara un zumo de naranja / B. G.


EL EQUIPO DE LOS SALUDABLES ESTÁ FORMADO POR:

JAUME ARNAU / LUCAS GALLEGO / SARA GARCÍA / BALMA GRAS / IRIS LAFITA / PABLO MARTÍNEZ-VILANOVA / LAURA ZARAGOZA


“Una de las noches estaba un poco agobiado y me dio un ataque de ansiedad. Pensando en lo que el virus estaba afectando y en lo que veía en las noticias decidí que fumar no era lo mejor. Ya llevaba bastante tiempo planteándomelo y ese fue el empujón a dejarlo”. Así relata Saúl Martínez como, en pleno confinamiento, venció a su adicción al tabaco. La suya es una de las muchas vidas que hoy son más sanas que hace un año gracias a la fuerza de voluntad mostrada ante la pandemia.


Algunos temían que su mejorable estado de salud entrañara un riesgo extra ante la COVID-19. Otros eran víctimas del estrés y la falta de tiempo y encontraron en el confinamiento su momento para dar un paso al frente. También el aburrimiento o la concienciación frente a la pandemia han sido factores que han motivado el cambio. Cada caso tiene su porqué, pero todos ellos bajo un mismo paraguas: el valor necesario para convertir una crisis en una oportunidad.


El confinamiento fue un inesperado jarro de agua fría para la población y los primeros días supusieron un empeoramiento de los hábitos de muchos jóvenes como Andrei Sorochin. “Pasé de comer mal a comer mucho y peor y me acostumbré a no quemarlo porque estaba en casa y no podía moverme”, confiesa. Su mala rutina no solo afectó a su alimentación y a la falta de deporte, sino que llegó a salpicar a otros aspectos del día a día como los horarios de sueño: “Al acostarme a las 4 de la noche y despertarme a las tantas perdía todo el día”.


La situación llegó a ser muy desfavorable, pero Andrei encontró la fuerza de voluntad requerida para revertir la situación y fijarse un horario que incluía una hora para despertarse, tiempo reservado a tareas de la universidad y, también, ejercicio: “Un poco de pesas, unas flexiones… simplemente moverme”. Ese esfuerzo por implementar una rutina deportiva en su día a día, además, vino acompañado de una notable mejoría en sus hábitos de alimentación: “Intenté bajar las comidas, reducir carbohidratos, comer más verduras… y a la hora de hacer ejercicio intentaba hacer media hora o cuarenta minutos para no abusar”.


Andrei Sorochin nos atendió durante uno de sus entrenamientos en Castellón de la Plana / B. G.


Otra joven que ha visto cambiados por completo sus hábitos de alimentación es Maria Fornós. Esta vinarocense es vegetariana, pero eso no era sinónimo de comer sano: ante la falta de innovación, su dieta caía en la monotonía de la pasta, el tomate y el queso. Sin embargo, la pandemia supuso un antes y un después: “Es complicado tener tiempo para probar recetas nuevas, por lo que no poder salir de casa y hacer otras actividades me permitió desarrollar mi capacidad culinaria”. Desde la pasada primavera, Maria ha incluido en su menú nuevos platos como la hamburguesa vegana y ahora se alimenta de un abanico de recetas vegetarianas mucho más variado y sano. “Sí, el confinamiento mejoró mi dieta”, afirma con contundencia.


Maria Fornós nos abrió las puertas de su cocina y nos enseñó cómo prepara sus nuevas hamburguesas / B. G.


“Envejeceremos mejor y tendremos una calidad de vida más óptima si llevamos una buena alimentación”, explica la nutricionista Marta Oliver. Sin pasar por alto que la ansiedad ha generado muchos malos hábitos alimenticios, esta profesional celebra que muchas personas se hayan interesado por nuevas recetas sanas y atribuye parte del mérito a los perfiles divulgativos en redes sociales. Más allá de la excusa del tiempo, Oliver achaca los problemas de alimentación de la sociedad a la falta de recursos y de mentalización: “Se puede comer bien aunque no haya tiempo, pero la gente prefiere ir a un restaurante de comida rápida y perder veinte minutos esperando a que le hagan una hamburguesa que irse al supermercado y tener en la despensa un bote de espinacas y un bote de garbanzos y juntarlo todo en dos minutos”.


En relación a las historias de Andrei y Maria, Marta Oliver advierte de los riesgos que puede comportar una actividad deportiva intensa si no se ha comido bien: “Si no hay una buena alimentación el sistema inmunológico se deprime y hay más tendencia a sufrir patologías y lesiones”. Por tanto, el deporte no tendría sentido. “La gente se ha puesto las pilas y han mejorado muchas otras patologías como el colesterol, la diabetes o la tensión arterial”, asegura.


Ante una enfermedad que actúa principalmente contra el sistema respiratorio, no es ningún secreto que uno de los hábitos más peligrosos es fumar. “Ya lo había intentado en alguna otra ocasión y la pandemia me impuso bastante respeto, cuando me enteré de que había más riesgo siendo fumador las dos cosas se juntaron y conseguí dejarlo”, relata Borja Escuriola.


Diferente es el caso de Lara Gimeno, que había empezado a fumar recientemente y pudo dejarlo a tiempo. “No me podía enganchar”, pensaba en su momento, pero se equivocaba. Tras un tiempo en el que realizaba un consumo ocasional, una ruptura amorosa fue el detonante de sus problemas con el tabaco. Sin embargo, logró sobreponerse. “Necesitaba el cigarro de después de comer, el de levantarme… el proceso fue duro”, reconoce.


El confinamiento también fue decisivo para que Clara Clemente dejara atrás su vicio: “Yo nunca he fumado delante de mi familia. Ellos me dijeron que podía hacerlo pero me negué porque pensaba que eso me haría más fácil dejar de fumar algún día”. Y acertó. En marzo pasó a fumar una única vez al día cuando salía a pasear a su perra y, tras cuatro años intentando dejarlo, cumplió su objetivo. “Al no socializar fue bastante más fácil”, explica.


La psicóloga Maria Boluda asegura que es muy difícil generalizar acerca de los fumadores y exfumadores. Aunque el temor al coronavirus ha influido, “los hábitos saludables han ido más ligados a estar en casa y tener tiempo para uno mismo y mucha gente ha ocupado ese tiempo en cuidarse”. La profesional castellonense, que actualmente trabaja en el Hospital Pere Mata de Tarragona, también destaca los beneficios de la nueva vida de Andrei: “Practicar deporte hace que segreguemos endorfinas, que generan sensación de bienestar”. Sin embargo, también hay muchas ventajas desde el plano psicológico: “Ayuda a dejar de lado las preocupaciones, disminuir la tensión, aumentar la confianza en ti mismo, sentirte mejor con tu aspecto, ponerte objetivos aunque sean pequeños y progresivos... esas mejoras te refuerzan”.


Desde el confinamiento, Andrei Sorochin da más valor a la posibilidad de ejercitarse al aire libre / B. G.


Andrei Sorochin está de acuerdo con Boluda: “Me he dado cuenta de que si como mejor me siento mejor. Estoy entrenando y estoy consiguiendo objetivos: al final te sientes mejor, tu autoestima crece y te salen mejor las cosas cada día”. Sin embargo, la psicóloga advierte de sentirse a gusto con lo que se hace es indispensable: “Tienes que elegir una actividad que disfrutes, si no acabarás desmotivado y será difícil mantenerlo en el tiempo y obtener los beneficios del deporte”.


“Durante la cuarentena, en casa, tenía mucho tiempo porque no tenía tantas distracciones”, prosigue Andrei. “Ahora no dedico tanto tiempo pero intento, unas cuatro veces a la semana, ir a entrenar, correr y hacer un poco de barras que es lo que me gusta”. Lo que empezó como una reacción ante los malos hábitos se ha convertido en su estilo de vida. “Al no tener trabajo tengo más tiempo para entrenar”, reconoce. “El día de mañana, si estoy más ocupado, intentaré hacer media hora al día porque hacer poco ya suma”, sentencia.


El 2020 ha pasado a la historia como un año terrible para la salud. Sin embargo, algunos valientes como Andrei, Saúl, Lara, Borja o Clara vieron en esta crisis una ventana de oportunidad para cambiar. “La concepción del tiempo que tenemos las personas va al ritmo de la sociedad que nos encontramos, que es una sociedad que lo quiere todo a corto plazo”, detalla Maria Fornós. A raíz de la COVID-19, la sociedad se ha tomado un respiro y los hábitos saludables se han impuesto en muchos casos. La pandemia continúa azotando a la humanidad, pero la oportunidad de llevar una vida más sana también sigue esperando a que más personas se decidan por cambiar y unirse a Los Saludables.

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